En 2004 el Ayuntamiento de la villa de Alfajarín inicia la
recuperación de las ruinas del castillo. Para ello encarga una primera fase de obras urgentes de consolidación y apeo del castillo.
En 2011 se ejecuta la fase 2 correspondiente al torreón este, el único que
permanecía en pie. En 2013 se ha redactado la Fase 3 para restaurar el lienzo este desde el
torreón hasta el arco de ingreso, que también se pretende restaurar.
Según el Plan Director para la recuperación de este monumento en próximas intervenciones se pretende ir descubriendo arqueológicamente y recuperando arquitectónicamente las distintas lienzos del perímetro amurallado, así como las zonas interiores que aún permanecen ocultas bajo los escombros medievales.
El castillo y su entorno, que comprende la ermita de la Virgen de La Peña, es propiedad del
ayuntamiento de Alfajarín y está catalogado como Bien de Interés Cultural -B.I.C.- desde 2006.
La villa de Alfajarín se encuentra a 20 km al este de Zaragoza, en
la terraza superior del Ebro, a los pies de los Montes Blancos, estribaciones
yesíferas de los Monegros, dotados recientemente de protección medioambiental.
Está en la comarca de la
Ribera Baja del Ebro, si bien, administrativamente, no
depende de ella sino de la comarca de Zaragoza por constituir.
La población, presidida por la iglesia parroquial de San
Miguel Arcángel, edificio de origen medieval, en su mayor parte mudéjar, está a
los pies del castillo, aunque separado de éste por la autopista A-2.
El castillo de Alfajarín pudo ser construido en el siglo X u
XI. Con la ocupación de Zaragoza por Alfonso I el Batallador en diciembre de 1118, Alfajarín
y su castillo se rindieron en 1119, al igual que todas las poblaciones
circundantes. Poco
después volvió a manos musulmanas y en 1131 fue tomado de nuevo por Alfonso I
poniendo como tenente a Fortún Galíndez. Tras la batalla de Fraga y la muerte
de Alfonso I Batallador, en 1134, volvió a poder de los almorávides, siendo
reconquistado definitivamente en 1141 por Ramón Berenguer.
Desde fines del siglo XIII y hasta finales del siglo XIV
perteneció a la baronía de los Cornel, a raíz de la donación hecha en 1293 por
Jaime II. Finalizó su vida, tras varias intrigas nobiliarias, cuando Pedro IV asedio e incendió el castillo de
Alfajarín en 1383.
Saraqusta, la Zaragoza andalusí, estaba
protegida, además de por sus dos recintos amurallados, por una red de castillos
que defendían las rutas comerciales que accedían a la ciudad: Alfajarín era uno
de los más importantes, en el camino de Lérida; Santa Bárbara (Valdespartera),
Cuarte, Cadrete y María estaban en el camino de Valencia; y Rueda en el camino
de Madrid. Otros castillos se construirían en la segunda mitad del siglo XI para
prevenir el acoso de los aragoneses desde el norte de la taifa de Saraqusta. En este grupo estarían los de Castellar,
Miranda, Alfocea, Juslibol, La
Puebla de Alfindén, Villamayor de Gállego, Villafranca… Sin embargo, la concreción y corrección de estos datos está pendiente de estudio histórico-arqueológico.
El castillo está relacionado con otras edificaciones de Alfajarín. En primer lugar con la vecina
ermita de la Virgen
de la Peña,
cuyas fachadas eran del mismo tapial de yeso que el castillo y la fachada oeste, la que mira al castillo, estaba
flanqueada por gruesos muros que indican una mayor amplitud del edificio
original y el uso militar en origen. En la actualidad se hallan descontextualizados (revestidos y pintados hace décadas).
Ya en el pueblo, la puerta medieval de la muralla occidental,
denominada La Portaza, enmarcada en una sólida construcción de tapial de yeso, conserva el acceso interior con un doble arco ojival de ladrillo. Entre esta puerta y el castillo se
detecta en la fotografía aérea lo que pudo ser la muralla
occidental de la villa medieval y que deberá ser objeto de futuras
prospecciones arqueológicas.
Acaba de adjudicarse la inminente nueva fase de restauración del castillo, que repondrá el arco de ladrillo de aceso al mismo
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