lunes, 30 de septiembre de 2013

Maqbara de Tauste, resultados en nº74 Av. Conget



 Presento ahora el informe (casi completo) que explica los resultados obtenidos en la excavación realizada entre el 1 y el 25 de julio de 2013 en el lugar de referencia, promovida por la Asociación cultural “El Patiaz” de Tauste y con la cooperación de algunos de sus integrantes y del M. I. Ayuntamiento de la villa de Tauste, así como con la participación de estudiantes y licenciados universitarios en historia, arqueología, biología y antropología. También hemos contado con la participación activa del catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, D. Carlos Laliena, asesor histórico del proyecto de estudio de la necrópolis medieval islámica de Tauste.
  Podemos asegurar que el espacio excavado fue utilizado en época andalusí como necrópolis islámica. La excavación se reveló ciertamente sencilla en cuanto a la estratigrafía y la secuencia pudo ser apreciada con claridad, llegando a reconocer varias modificaciones en la utilización del espacio, todas de época contemporánea y su posterior relleno; a parte de la propia erosión natural del terreno a lo largo de los siglos.
 Pasamos a explicar estos restos.

 Vista de la zona suroeste del solar excavado
RESULTADOS

Elementos contemporáneos

 Se halló una serie de construcciones contemporáneas con muros de ladrillo, cimentaciones de pilares de cantos rodados y argamasa de cal, típicas de comienzos del siglo XX y un muro de hormigón pobre y árido grueso, cuyas funciones no han podido ser determinadas, por hallarse destruidos en parte,  más allá de la compartimentación de espacios anteriores a la edificación actual. Estas construcciones han afectado a gran parte de los esqueletos medievales, en especial el rebaje para un suelo de cochera agrícola al sureste de la zona excavada.
  Se ha detectado al menos un surco de reja de arado contemporáneo, que también afectó a alguna de las tumbas medievales. Estos surcos no tienen relación física con las construcciones antes mencionadas, pero por cotas suponemos que son más antiguos los surcos de arado, pues no tendrían sentido en un contexto en el que hubiese ya edificada una caseta en la zona.
  Además hay que señalar un gran agujero (UE 56), realizado en el centro del patio, posiblemente como preparación de la construcción asociada a los pilares cuadrangulares contemporáneos y que, seguramente, destruyó y eliminó cualquier rastro de varias tumbas.


Cementerio musulmán.


Descripción general.

 De las 24 tumbas detectadas en esta campaña pueden extraerse una serie de elementos comunes, prácticamente iguales a los vistos en las intervenciones anteriores (Expedientes 417/2010 y 161/2012); y alguna confirmación interesante como el sistema de fosa empleado, que pasamos a describir a continuación; dejando las peculiaridades de cada enterramiento para sus fichas específicas.

  • Individuo en conexión anatómica colocado sobre su costado derecho, con la cara enfilada hacia el sureste.
  • Estructura mínima. Como mucho algo de adobe o arcilla compacta, colocado en el lateral Oeste de la fosa. En esta campaña no hemos hallado conservada ningún restos de tierra amarillenta (de la posible cubierta) en los márgenes de las fosas como los de 2010. Existe la posibilidad que la laja de piedra de yeso hallada en la Tumba 34 pudo formar parte de la cubierta de alguna tumba, pero se ha comprobado que estaba removida por los rebajes contemporáneos y que se incrustó en el enterramiento. En la Tumba 44 apareció un adobe a la altura del sacro del esqueleto que, quizá, pudo servir como sujeción del mismo; pero de nuevo la acción de los rebajes contemporáneos impide asegurarlo.
    

Vista de la laja incrustada en la Tumba 34

  • En esta campaña hemos hallado en la Tumba 39 el ejemplo más completo del modo de enterramiento de doble fosa con covacha (foto final del post); sistema que sería el habitualmente empleado, aunque no se ha conservado la parte superior de la mayoría de las tumbas excavadas hasta el momento. Este sistema está ya ampliamente documentado en otras necrópolis de la Península Ibérica como Marroquíes Bajos (Jaén), Tosssal de Manises (Alicante) o en los recientes hallazgos de Valdeherrera (Calatayud).
  • En la zona predominan los materiales formados en el periodo Terciario y durante el mioceno, constituidos por yesos masivos alabastrinos alternando con yesos terrosos, margas yesíferas y margas calcáreas. Este nivel, de medio metro de espesor en la zona de la intervención, en el que se excavan las fosas tiene elementos de esos tres materiales predominantes, mezclados en una granulación fina, con escasa densidad de elementos orgánicos y en el que no se ha detectado ningún elemento arqueológico. Una de esas capas configura unos 35 cm. de piedra de yeso de asentamiento casi horizontal, con alguna ondulación. En ella se concluyen los fondos de fosas de varios enterramientos; y es utilizada por la Tumba 39, para abrir una covacha más amplia que las existentes en aquellas otras tumbas que tuvieron que practicarse sobre margas blandas; de modo que el cadáver quedaba protegido por debajo de la resistente capa de piedra de yeso. Este tipo de tumba podemos asimilarla con el sistema de doble fosa (shaq o ladj) de tumbas complejas.[1]
  • Tumba 41
  • El suelo o piso del cementerio en su momento de uso parece no haberse conservado en este punto, pues no hemos detectado ningún cambio entre la tierra en la que se excavan las fosas. Podemos deducir que la superficie de paso de la necrópolis ha sido totalmente eliminado por la erosión y las afecciones antrópicas, al menos en este punto y en lo que respecta a los enterramientos más modernos. La aparición de una piedra de yeso aislada al pie de la Tumba 32 no nos parece una señalización debido a esta baja cota y al arrasamiento de la parte superior de las tumbas ocurrido en época contemporánea. 
  • Tumba 28
  •  La cota media a la que hallamos las tumbas pudiera parecer configurar distintas capas de enterramientos, pero lo poco definitorio de este tipo de dato, nos hace dudar mucho de que correspondan a diversas fases de utilización del cementerio. Además hay que tener en cuenta la pendiente natural del terreno en el momento de uso del cementerio, que debió caer hacia el sur. Esto hace que las fosas excavadas el norte del solar tenga una cota absoluta más alta que las del resto del solar. En principio, y sin tener en cuenta los individuos infantiles, tenemos las Tumbas situadas al norte del solar cuyos restos humanos reposan alrededor de entre los 262,90 y 263,10 m SNM. Más profundas están las Tumbas situadas al sur del solar: entre los 262, 80 y 262,91 m SNM. Entre éstas últimas sí se diferencian las Tumbas 39 y 41 que llegaron más profundo que el resto, hasta los 262,44 m SNM; así como la Tumba 24 que sólo bajo hasta los 263,01 m SNM, por lo que rompió la fosa de la Tumba 30, pero no llegó a romper los huesos del esqueleto.
  • Son precisamente esas superposiciones lo único que nos asegura que hay, al menos, dos momentos distintos de uso del cementerio. El tramo de tiempo que sea necesario para que una tumba pierda su señalización y su rastro, de tal forma que otra tumba sea instalada sobre la anterior, es algo que no podemos determinar con exactitud. Sin embargo es lógico pensar en un lapso de tiempo importante.
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    Tumba 30 cortando la Tumba 24

  • Hay otro tipo de superposición menos segura y es el sucedido entre las Tumbas 28 y 31. Las fosas de las Tumbas 28 y 29 se hallaron excavadas en el nivel natural de margas yesíferas de tonalidad verdosa. Sin embargo la Tumba 31, que se encuentra entre la anteriores, se abrió en una tierra arcillosa marrón plástica como la que encontramos rellenando los huecos de las fosas tras la deposición del cadáver. Es posible que esta Tumba 31 sea posterior a las anteriores, que ya hubieran ido perdiendo su rastro, ampliándose la planta de su cubierta por aplastamiento natural. De ese modo, la Tumba 31 se abrirían en un, aparentemente, amplio espacio disponible. En contra de esta idea parece estar el hecho de que la base de las tres tumbas tenga una cota similar. A favor de esta idea está la distinta orientación de la Tumba 31(73,25º), respecto al resto de las fosas halladas en esta campaña, ya que es la que más tendencia tiene a una orientación Este-Oeste.
  • Las orientaciones de los enterramientos no difieren mucho de las documentadas en anteriores campañas. Oscilan en una mínima horquilla entre los 73,25º de la Tumba 31 y los 47,28º de la vecina Tumba 29. El promedio de orientaciones de las tumbas estaría (descartando las tumbas infantiles y dudosas) en los 62,12º NE-SW. La alineación de las masas faciales es una cifra más insegura, pues la descarnación ha podido provocar movimientos indeseados por los encargados de la sepultura. Creo que para realizar una estadística debemos contar con un mayor número de individuos, lo que queda pendiente para futuras intervenciones.
  • El estado de conservación de los huesos es medio en los individuos adultos, salvo en aquellos en los que los rebajes y apisonamientos contemporáneos han contribuido a su mayor degradación. La acidez de la arcillas han afectado notablemente a los esqueletos infantiles, de modo que los más endebles se encontraron desmaterializados en buena parte.
  • La densidad de enterramientos se ha confirmado en unos 0,25/0,30 individuos adultos por metro cuadrado. Calculamos que las interfacies contemporáneas han hecho desaparecer el rastro de unas 9 o 10 tumbas con individuos adultos o subadultos en la zona excavada.
  • A pesar de la norma de ausencia de ajuares, en esta campaña hemos hallado un sencillo pendiente de bronce[2], exactamente bajo la zona correspondiente al lado derecho del cráneo de la Tumba 32. Es un simple aro ovalado conseguido al doblar una fina barra de bronce de 1,8 mm de diámetro y sección casi circular (con algunas irregularidades). Este hallazgo tiene paralelos en otras excavaciones de época taifa en Zaragoza capital o Cuéllar (Segovia) ya en el siglo XV, entre otras.
     
 Vista de la Tumba 32 y detalles del pendiente


  • Correspondiente al momento de actividad de la necrópolis, pero removido en la UE 55 hemos recogido un fragmento de olla de cocina, que parece corresponder a la segunda mitad de siglo X o, mejor, a la primera mitad del siglo XI. Sus características técnicas evolucionadas, que le confieren una gran dureza en una pared fina (2 mm de grosor), y la ausencia de vidriado al interior, hace que me decante por estas fechas.

Olla de cocina de la UE 55

Análisis antropológico básico.
  Con las conclusiones aportadas por la antropóloga Miriam Pina, por el momento, podemos avanzar que de los 24 enterramientos documentados, hemos podido definir 7 individuos varones y 6 mujeres. En cuento a su edad, hay 15 individuos adultos y 5 adultos/juveniles, siendo las Tumbas 33, 40 y 43 de individuos infantiles.
 Por tumbas, este es el avance que podemos hacer:
TUMBA 21: Solo se conservan algunos fragmentos. Indeterminable.
TUMBA 22: Sexo indeterminable. Se estima mayor de 17 años (por fusión de falanges).
TUMBA 23: Se determina sexo femenino. Se estima edad de 30 a 35 años.
TUMBA 24: Adulto joven. Se estima edad de 20 a 35 años. Se determina sexo femenino.
TUMBA 25: Se estima individuo adulto mayor de 20 años (por grado cierre de epífisis y suturas craneales). Sexo alofiso (indeterminable).
TUMBA 26: Se determina sexo masculino. Se estima edad de 25 a 35 años.
TUMBA 27: Subadulto juvenil. Se estima edad de 15 a 17 años. Sexo indeterminable.
TUMBA 28: Subadulto juvenil. Se estima edad de 12 a 15 años. Se determina sexo masculino.
TUMBA 29: Se estima sexo alofiso. Se determina individuo adulto mayor de 25 años (por el cierre de las epífisis de los huesos largos). Húmero torcido.
TUMBA 30: Se determina sexo femenino. Se estima edad de 35 a 45 años.
TUMBA 31: Subadulto juvenil. Se estima edad de 16 a 20 años. Se determina sexo femenino.
TUMBA 32: Adulto maduro. Se estima edad entre 45 y 55 años. Se determina sexo femenino.
TUMBA 33: Individuo infantil (I). Se estima edad de 4 a 6 años según erupción dental. Sexo indeterminable.
TUMBA 34: Subadulto infantil (II)/juvenil. Se estima edad de 12 a 15 años. Sexo indeterminable.
TUMBA 35: Sexo indeterminable. Se estima individuo adulto (por tamaño y robustez espina del fémur). Edad indeterminable.
TUMBA 36: Adulto maduro/senil. Se estima edad entre 50 y 65 años. Se determina sexo femenino.
TUMBA 37: Se conservan algunas falanges, por cuyo tamaño se estima que se trata de un individuo adulto. Sexo y edad indeterminable.
TUMBA 38: Se estima sexo masculino por dimorfismo de calcáneo y astrágalo (probabilidad 84%). Se estima individuo adulto, edad indeterminable.
TUMBA 39: Adulto maduro. Se estima edad de 40 a 50 años. Se determina sexo masculino.
TUMBA 40: Individuo infantil (fase I). Se estima edad de 3 a 5 años. Sexo indeterminable.
TUMBA 41: Adulto joven. Se estima edad entre 20 y 30 años. Se determina sexo masculino.
TUMBA 42: Adulto joven/maduro. Se estima edad de 35 a 45 años. Se determina sexo masculino.
TUMBA 43: Individuo infantil (II). De acuerdo con la erupción dental, se estima edad de 10-11 años. Sexo indeterminable.
TUMBA 44: Adulto joven. Se estima edad de 25 a 35 años. Se determina sexo masculino.

Conclusiones

  Los cuerpos enterrados aquí lo fueron cuidando de mantener su masa facial orientada hacia la Meca, por lo que pertenecen a una necrópolis musulmana.
  En cuanto a la densidad de enterramiento, la cercanía de las cuatro intervenciones realizadas permite una hipótesis fiable, y deducir una ocupación intensa del espacio en esta zona, especialmente al confirmarse la existencia de, al menos, dos capas de enterramientos.
 Ello confirmaría la estimación mínima de enterramientos en esta necrópolis, para la superficie ya propuesta en 2010 de veinte mil metros cuadrados, de, al menos, unos 4.500 individuos adultos. Cifras que se duplicarían con la delimitación prescrita por esta Dirección General.
 Estas suposiciones deben ser corroboradas o refutadas por futuras investigaciones que delimiten completamente la necrópolis, en especial en sus lados norte, este y sur. En este sentido hemos propuesto al ayuntamiento de Tauste la realización de una prospección geofísica sobre los viales del entorno del espacio delimitado como necrópolis. En estos momentos se están pidiendo presupuestos y proyectos a tal efecto. En todo caso, sugiero que los resultados de esta prospección sean contrastados con los conocimientos que ya tenemos sobre la necrópolis, para una correcta interpretación de los mismos.

Tumba 39, la mejor conservada por el momento

 Queda pendiente de saber si la asociación cultural “el Patiaz” y el ayuntamiento de la villa de Tauste siguen apostando por promover futuras intervenciones que nos ayuden a conocer mejor este cementerio y la población de la Tauste andalusí. Su voluntad es clara, pero las posibilidades económicas escasas. El estupendo ambiente vivido, la afluencia de turistas interesados en visitar los enterramientos y los buenos resultados obtenidos en la excavación son un aval de futuro.

En Zaragoza a 5 de agosto de 2013.


[1] OLCINA DOMÉNECH, M.; TENDERO PORRAS, E.; GUILABERT MAS, A. 2008: “La maqbara del Tosssal de Manises (Alicante), Lucentum XXVII, Alicante: 213-227. Serrano Peña, J. L., Castillo Armenteros, J. C. 2000: “Las necrópolis medievales de Marroquíes Bajos, (Jaén). Avance de las investigaciones arqueológicas”, Arqueología y territorio medieval 7: 93-120.
 [2] Está pendiente la comprobación del metal, pues presenta brillos plateados que plantean la posibilidad de que sea en realidad alguna aleación de plata.

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